Un estudio publicado por el Journal Depression and Anxiety y elaborado por investigadores de Harvard en el Massachusetts General Hospital, señala que la actividad física diaria puede proteger contra nuevos episodios, incluso en personas genéticamente vulnerables a la depresión.
Por Felipe Soto Cortés
El paper rescatado por The Harvard Gazzete, señala que el aumento de los niveles de actividad física puede reducir significativamente las probabilidades de depresión, incluso entre las personas genéticamente predispuestas a la afección psíquica.
Mens sana in corpore sano decían los romanos -pese a que la frase proviene de una sátira-.
La actividad física siempre fue un plar fundamental en los sistemas educativos de las civilizaciones que estudiamos en la actualidad.
El paper del año 2019, se basó en datos de registros de salud electrónicos y genómicos de casi 8,000 participantes en Partners Healthcare Biobank, y fue el primero en mostrar cómo la actividad física puede influir en la depresión a pesar del riesgo genético.
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Los investigadores siguieron a los pacientes que completaron una encuesta sobre sus hábitos de vida (incluida la actividad física) cuando se inscribieron en el biobanco. Luego extrajeron millones de puntos de datos de registros de salud electrónicos durante los siguientes dos años e identificaron a las personas que recibieron diagnósticos relacionados con la depresión. También calcularon las puntuaciones de riesgo genético para cada participante, combinando información de todo el genoma en una sola puntuación que reflejaba el riesgo heredado de depresión de una persona.
“Nuestros hallazgos sugieren fuertemente que, cuando se trata de depresión, los genes no son el futuro y que ser físicamente activo tiene el potencial de neutralizar el riesgo adicional de futuros episodios en personas que son genéticamente vulnerables”, dijo Karmel Choi de MGH y Harvard T.H. Chan School of Public Health, el autor principal del estudio.
“En promedio, alrededor de 35 minutos adicionales de actividad física cada día pueden ayudar a las personas a reducir su riesgo y protegerse contra futuros episodios de depresión”.
La investigación revela además, que no es solo la actividad física de alto impacto que previene los episodios, sino que también la actividad aeróbica e incluso prácticas como el yoga también contribuyen a ello.
Afirman que las personas podrían ver una reducción del 17% en las probabilidades de un nuevo episodio de depresión por cada bloque adicional de actividad de cuatro horas por semana.
"Proporcionamos evidencia prometedora que los proveedores de atención primaria y de salud mental pueden usar para aconsejar y hacer recomendaciones a los pacientes de que aquí hay algo significativo que pueden hacer para reducir su riesgo, incluso si tienen antecedentes familiares de depresión", señaló al medio Karmel Choi.