[resumen.cl] Después de 12 horas de debate en el senado trasandino y de décadas de lucha por parte del movimiento feminista, se logró un derecho largamente postergado. El proyecto de aborto legal y gratuito en Argentina presentado por el gobierno de Fernández fue aprobado a las 4 de la mañana y está listo para ser ley de la hermana república, remeciendo el panorama en Sudamérica.
El proyecto presentado por el gobierno de Alberto Fernández que transforma el aborto clandestino en seguro, legal y gratuito fue aprobado en una sesión histórica de más de 12 horas de discusión con una "marea verde" fuera del Congreso, que luego de su aprobación a eso de las 4 de la madrugada, celebró con abrazos, gritos y llantos de emoción su aprobación con 38 votos a favor, 29 en contra y 1 abstención.
Con ello, los abortos clandestinos que ponían en riesgo la vida de miles de mujeres se acabarán y serán realizados dentro del sistema de salud pública trasandino de manera gratuita gracias a 15 años de lucha de parte de movimientos feministas.
Con esto Argentina se convirtió en el cuarto país de la región, después de Cuba, Uruguay y Puerto Rico, en legalizar el aborto.
En 2018 se tramitó una instancia legislativa en la materia que fue aprobada en la Cámara de Diputados, pero rechazada en agosto en el Senado. Esta vez, la discusión se repuso por iniciativa del Gobierno, aprobada nuevamente el pasado 11 de diciembre en la cámara baja, esperaba su escoyo más difícil en la cámara alta, donde sin embargo, obtuvo una sorpresiva votación que superó incluso los cálculos más optimistas.
Concretamente, la ley permitirá la interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana 14 de gestación, lo cual fue aprobado tras una discusión ampliamente seguida por la población con una duración de 20 horas.
De convertirse en Ley, el aborto se deberá incluir en el Programa Médico Obligatorio, entregando cobertura integral y, a la vez, gratuita. Según informan medios argentinos, para realizar el procedimiento la persona gestante tendrá que entregar un escrito de consentimiento, pudiendo hacerlo desde los 16 años sola y, desde los 13 años, con asistencia de un representante legal.
Así, este triunfo feminista remece el escenario legislativo en Sudamérica y da fuerza para que se replique en países vecinos, lo que podría significar un gran avance en los derechos de las mujeres en la región.