Ismail Haniyeh, líder político del movimiento de resistencia palestino Hamas, ha sido asesinado junto a su guardia personal este miércoles en Teherán, capital de Irán, cuando asistía a la asunción del nuevo presidente de la nación persa. Lo anterior hace escalar la tensión en todo el Medio Oriente, ante la inminente respuesta desde palestina e Irán.
Por Joaquín Pérez
El atentado contra Ismail Haniyeh, cuya familia fue asesinada por Israel en los bombardeos de Gaza, ocurrió a solo horas del ataque israelí sobre la capital del Líbano, donde según fuentes israelíes se asesinó a Fu’ad Shukr, jefe militar del movimiento Hezbollah (partido de Dios), lo que vuelve abrir la posibilidad a una extensión del conflicto en Gaza a gran parte del Medio Oriente.
Los bombardeos israelíes sobre la capital del Líbano y la capital de Irán, sin duda generan una respuesta, tanto de Hezbollah como del gobierno iraní, respuestas que generarán distintas reacciones en esta escalada desatada por el gobierno israelí.
Resulta especialmente curioso el asesinato de Ismail Haniyeh, considerado uno de los hombres más dialogantes de Hamas, quien fuera primer ministro de la Autoridad Nacional palestina (ANP) y de quien se dice está abierto a un acuerdo de los dos estados, a diferencia de la mayoría de su organización que ve que solo se conseguirá la paz en la región con la destrucción “de la entidad sionista” (estado de Israel).
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Israel no ha reconocido la autoría del asesinato del líder de HAMAS, que ha provocado un rechazo unánime en el mundo árabe y musulmán, pero desde ya, Benjamin Netanyahu convocó una reunión del gabinete de seguridad para analizar las posibles respuestas.
El líder supremo de Irán, Alí Jameneí, señaló que su país se vengará, lo mismo que el nuevo presidente iraní, el reformista Masud Pezeshkian, que comunicó a Israel a través de un comunicado que la república islámica “defenderá su integridad territorial, su dignidad, su honra y honor, y hará que los terroristas invasores se arrepientan”.