Egipto vibró hoy de júbilo por la primera semana sin Hosni Mubarak como presidente, durante una concentración en la que la ciudadanía recordó al gobierno militar cuánto resta por hacer para concretar la transición democrática.
Una multitud estimada por medios locales en más de cuatro millones de personas colmó la ya mítica Plaza Tahrir y sus alrededores, en el centro de El Cairo, nuevamente dando la pauta de lo que también se vivió este “viernes de la victoria” en otras ciudades del país.
El jolgorio fue tan intenso como variopinto, pues incluyó rezos a la hora habitual de las plegarias musulmanas, discursos con retórica patriótica, canciones de exaltación de los valores nacionales, bailes y honras fúnebres por los 365 muertos, considerados aquí “mártires”.
Tampoco faltaron humor, música y arte gráfico para exhortar a la unidad y, sobre todo, denunciar defalcos millonarios, represión y corrupción del anterior régimen.
Una marea con los colores blanco, rojo y negro de la bandera egipcia estuvo casi todo el tiempo agitada por el ir y venir de gente que se abrazó y besó al escuchar a un orador confirmar por altavoces el arresto preventivo de tres exministros y un magnate ligado a Mubarak.
Mientras unos agitaban una extensa manta con los tonos del pabellón nacional, otros estimulaban a niños a dibujar con acuarelas el momento que vive el país, y todos, sin distinción, coreaban “eres egipcio, levanta la cabeza, siéntete orgulloso” y “Hosni fuera, Egipto libre”.
La solidaridad mostrada durante los 18 días de resistencia en el centro de la capital se hizo latente, incluso con una pancarta en la que se leía “te extraño Plaza Tahrir”, pero este viernes recobró fuerza la idiosincrasia mercantil a costas de la “revolución del 25 de Enero”.
La convergencia de familias enteras, algunas con niños en brazos, favoreció el ambiente de fiesta con ventas de platillos típicos, tés y zumos, transcurrido sin incidentes bajo la mirada vigilante de soldados del Ejército, todavía apostados en las calles de acceso a Tahrir.
Solícitos a la hora de posar para fotos con los civiles, los efectivos recibieron de primera mano los mensajes de la población para el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CFSA), la cúpula militar a la que Mubarak cedió el poder el 11 de febrero último.
La prueba más nítida y mejor resumida de la insatisfacción popular quedó plasmada en un cartel con siete preguntas dirigidas al jefe del CSFA y ministro de Defensa, mariscal de campo Mohamed Hussein Tantawi.
“Estamos confundidos Señor Mariscal”, encabeza el texto para luego preguntar, entre otras cosas, por qué no cambió ya al Gobierno, derogó la ley de emergencia, excarceló a prisioneros políticos o destituyó a directores de medios estatales que intentaron silenciar las protestas.
Un lenguaje de paz dirigido al exterior defendieron guías turísticos en paro por la ausencia de visitantes: “apoya la libertad, visita Egipto”, “invitamos al mundo a visitar Egipto ahora para ver libertad y seguridad” o “Egipto está celebrando, ven y únete a nosotros”.
(Por Ulises Canales, de Prensa Latina)
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