[resumen.cl] Durante la próxima semana, desde el martes 25 al jueves 28 de octubre, se realizará en Concepción el “V Congreso Internacional Biobío Energía 2016”, además del “IV Congreso Iberoamericano de la Red MiGEDIR”. Los eventos contarán con la participación de delegaciones estatales y corporativas, además de representantes de la academia científica y delegados de gobiernos y compañías de una gran variedad de países. Las exposiciones se realizarán en el auditorio Salvador Gálvez de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Concepción ubicada en calle Edmundo Larenas 219.

En ambos eventos se reunirán diferentes actores del sector energético, la industria de producción de energía en sus distintos rubros, las instituciones públicas que les dan respaldo, y representantes de la academia científica del área relacionada.

Según los organizadores, el evento es "uno de los más importantes encuentros del país, será nuevamente el encargado de reunir al sector energético de Chile, a la industria del área energética, las instituciones medioambientales, al sector público, la academia y la Comunidad". En el encuentro se ofrecerían perspectivas sobre la agenda energética de Chile y América del Sur, contando con la presencia de representantes corporativos e ideólogos responsables de la formulación de políticas y gobiernos con empresas, con delegaciones de: China, Canadá, Reino Unido, Portugal, España, Brasil, México, entre otros países. Además, recalcan que capital de la región del Bio-Bio "sería el escenario natural de este evento por encontrarse en la categoría de “Capital de la Energía", aportando en promedio el 35 % de la generación nacional y está llamada a ser punto obligado de Congresos energéticos".

El evento organizado por la Fundación Energía Comunitaria (FEC), La Universidad de Concepción, el Programa Ingeniería 2030 de la Facultad de Ingeniería, el Departamento de Energía Eléctrica, la Carrera de Ingeniería Civil Eléctrica y el Instituto de Investigaciones Tecnológicas (IIT), se realiza en medio de una serie conflictos socioambientales latentes en la región. Estos conflictos se han generado principalmente por la necesidad del Estado y el empresariado de incrementar la producción energética, tanto con combustibles fósiles como con energías renovables tales como hidroeléctrica y eólica. Mientras tanto, manifestantes y opositores a distintos proyectos energéticos y extractivistas en la región, han señalado que la expansión del negocio energético local y global aumentará la contaminación en la zona y contribuirá a la generación de una peligrosa interferencia en el sistema climático de la biosfera, con consecuencias probablemente catastróficas para las sociedades humanas. Además, indican que las alternativas que autoridades y empresarios plantean como renovables e inocuas con el ambiente, en realidad también generan impactos en la biodiversidad y en el modo de vida de la población local.

Pronunciado crecimiento del sector energético en la región del Bio-Bio.

Mientras autoridades y empresarios buscan la instalación de una nueva generación de centrales termoeléctricas de ciclo combinado a gas natural, que pretenden ser abastecidas por terminales marítimos de gas importado desde países productores, tales como GNL Penco-Lirquén de Biobiogenera y GNL Talcahuano de Inversiones Stonepeak, manifestantes en todas las comunas involucradas en estos proyectos, resisten la instalación tanto de los terminales marítimos, como los gasoductos asociados y las centrales termoeléctricas.

Además, en muchos valles de la región del Bio-Bio y la zona centro-sur de Chile, se pretenden construir decenas de nuevas centrales hidroeléctricas que podrían modificar drásticamente los ríos y el ecosistema asociado. En el caso del río Ñuble, la central "Hidroñuble" ya se encuentra a medio construir, a la vez que ha presentado múltiples irregularidades en su proceso de instalación en la zona. Por otra parte,  el proyecto de Embalse Punilla ya ha obtenido licitación por la empresa italiana Astaldi y está actuando para erradicar a la población local, con peligro de trastornar radicalmente su forma de sustento y calidad de vida, tal como ha sucedido anteriormente en las zonas precordilleranas del río Laja y el Bio-Bio. Las comunas de Antuco, Alto Bío-Bío, Santa Bárbara y Quilaco ya han sido invadidas por grandes represas y complejos hidroeléctricos que han afectado drásticamente las condiciones de vida de sus habitantes.

Otros conflictos energéticos latentes en la región son la incorporación de centrales termoeléctricas de biomasa, vinculadas al complejo industrial de monocultivos forestales de pino-eucalipto y producción de pulpa de celulosa y papel; el negocio de los bonos de carbono; la expansión del negocio de aerogeneradores eólicos en las comunas de Los Ángeles, Mulchén y en la costa de la provincia de Arauco; la exploración y solicitudes de concesiones geotérmicas al sur del complejo volcánico Chillán y alrededor del volcán Callaqui y la Reserva Nacional Ralco; y la exploración para una posible futura explotación de hidratos de metano en el fondo oceánico alrededor de la isla Mocha, entre otras problemáticas.