En conversación con RESUMEN, el coautor junto a Laura Landaeta del libro "La Revuelta: las semanas de octubre que estremecieron a Chile", Víctor Herrero, reveló claves sobre el contexto de producción de la obra, las principales motivaciones para darle vida a este material, algunos de sus antecedentes más llamativos, así como también reflexiones sobre el poder, la calle y el desempeño de los medios de comunicación en el Chile de los últimos años.
Por Nicolás Silva
Víctor Herrero es un reconocido periodista nacional, actual director de INTERFERENCIA y que hace poco más de una semana, el último 18 de octubre, lanzó el libro La Revuelta, material desarrollado junto a su compañera Laura Landaeta.
En una tarde de un octubre que conmemora dos años de la revuelta popular que remeció las bases institucionales del sistema político chileno, Herrero comparte con RESUMEN diversos aspectos que trascienden esta obra.
¿Por qué nace el libro La Revuelta?
“Un punto importante es que tomamos la decisión de hacer este libro aún estando en el Estallido, a fines de noviembre de 2019. El motivo es que una y otra vez en Chile queda claro que la historia la escriben normalmente los vencedores y la reescriben a su antojo. No son mentiras, porque siempre tienen toques de verdad pero siempre lo van retorciendo, y para evitar eso, con Laura pensamos en escribir de antemano un libro periodístico sobre cómo se movió el poder, pero también las calles, hasta donde pudimos observar durante el Estallido Social.”
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Según el autor, en buena parte la idea de esta obra es exponer hechos sin mayores interpretaciones propias, de modo que quede la labor de comprender lo expuesto a los lectores y lectoras, manifestando que el libro también surge por la necesidad de desarrollar una crónica periodística en momentos donde transcurrían muchos hechos significativos rápidamente.
Herrero señala que el material será de utilidad para el periodismo en el futuro ya que cuando “en cinco años más, estudiantes de periodismo, quieran saber cómo fue el Estallido, en vez de ir a miles de fuentes, podrán dirigirse a un sólo material donde se encuentra el tronco de todo.”
El Acuerdo por la Paz y el salvataje de la Clase política
Para Herrero existe un punto de inflexión en el movimiento que tuvo lugar entre el 12 y 15 de noviembre, éste último, día en que se firmó el Acuerdo por la Paz, instancia marcada por el consenso alcanzado entre cuatro paredes que, según el autor, vendría a significar una suerte de salvavidas a la clase política en el contexto de la efervescencia política y social que vivía el país.
El autor recordó que desde el 12 de noviembre de 2019, la clase política comenzó a hablar de un plazo de 48 horas para llegar a una solución para la situación que atravesaba el país, señalando que “el 12 de noviembre, la historia de Chile pudo haber ido para cualquier lado”. Según Herrero, la sentencia de las autoridades no apuntaba a otro lado más que a generar una propuesta (o imposición) para revalidarse ante un pueblo que desde las calles exigía refundar todo.
El autor agregó que “hay gente que se sintió aliviada con el acuerdo del 15 de noviembre, y bien, loable, pero lo que demostramos claramente con hechos (en el libro) es que éste es un salvataje a la clase política, no sólo para Piñera, sino que también para el Congreso”.
Herrero añadió que “eso es muy importante, porque el Congreso estaba quedando completamente sobrepasado por movimientos populares como los cabildos y por los alcaldes desde derecha a izquierda, que ya estaban anunciado plebiscitos para diciembre. Entonces el Ejecutivo y el Legislativo se unieron para asegurar su supervivencia.”
El resquebrajamiento del sistema y la dignidad
A veces la memoria falla y hay mucho que se pasa por alto. Pero entender los procesos, permite comprender desde un punto de vista más amplio la configuración del presente. “Si no hay un 18 de octubre, aquí no habría retiro de AFP”, especuló Herrero, para graficar el jaque que sufrió la clase política a raíz de la revuelta popular.
“El 18 de octubre propone el fin del modelo; sabemos que el país está agotado y fuerza a todos los sectores en muy poco tiempo”, sentenció.
El autor recordó cómo el presidente Piñera señaló que Chile era un oasis pocos días antes del 18 de octubre de 2019 y que poco después de un mes, el gremialismo estaba entregando el más sagrado de sus legados al aceptar el acuerdo por una nueva Constitución.
“El hecho es que un mes antes, Chile era un oasis, una maravilla. Íbamos a hacer la APEC, la COP-25… Piñera se las daba de líder sudamericano provocando a Maduro en Cúcuta, y un mes después, cae la Constitución de Jaime Guzmán; ese es el nivel de contra las cuerdas que se tuvo al modelo”, explicó Herrero.
No obstante, el autor aseguró que si bien “hubo un resquebrajamiento del modelo, en los hechos duros, cambios estructurales no han habido”.
“Lo interesante es que la clase política buscaba un salvataje en la nueva Constitución, pero la demanda principal de la ciudadanía era dignidad, que es algo que responde a aspectos económicos, sociales, es algo de bienestar. Es poder tomar unas buenas vacaciones una vez al año; tener acceso a salud y educación universales”, señaló Herrero, dando a entender que esos temas no se han tratado de fondo y que han sido subsanados de manera paliativa por el gobierno en funciones.
“La prensa chilena es una anomalía”: El papel de los medios tradicionales y el auge de los medios alternativos
Un fenómeno que no deja de llamar la atención, y que según Víctor Herrero es sumamente clave, es que los grandes medios tradicionales pasan a ser vistos por la sociedad como lo que son en realidad: embajadores de un periodismo servil, dispuesto al interés de los más poderosos y constantes censuradores de la verdad.
Así es como se pudo ver a medios como La Tercera, El Mercurio y Radio Biobío replicar informes del Gobierno que estaban destinados únicamente a desinformar sin ningún reparo en el contenido, tema que también es desarrollado en el libro.
“Yo creo que una de las gracias del Estallido Social es que se cayeron las máscaras. No nos olvidemos que una de las rabias de la revuelta es contra la prensa. A Mega tuvieron que enviar militares para salvaguardar sus instalaciones en Vicuña Mackenna (Santiago)… muchos periodistas no podían liberar su identidad porque la gente se iba encima”, explicó el autor.
El investigador añadió que “se transparentó algo que ya se sabía: en Chile la prensa es una anomalía. Incluso dentro de América Latina, la prensa tradicional chilena es una anomalía, demasiado sesgada ideológicamente en el poder de grandes empresarios que obviamente defienden el modelo y su ideología, que tienen intereses en el sistema económico, en la banca, etc.”
“No es casualidad que los medios alternativos tuvieron un tremendo auge a partir del Estallido Social, porque la gente estaba cansada de los medios tradicionales y necesitaba informarse de una manera un poquito más verídica”, reflexionó Herrero.
El autor se refirió también a los colegas que perdieron su trabajo por levantar la voz dentro de sus medios, por el sólo hecho de no estar de acuerdo con la forma en que se estaba gestionando información que afectaba a todo el país.
“El periodismo es un ejercicio libre; uno va a lugares, conversa con gente y a veces tienes que reportear cosas con las que no estás de acuerdo, pero la realidad te muestra que es distinto. Y ésa es un poco la gracia del periodismo. En estos medios tradicionales se transparentó que eres un empleado, no un periodista y te dicen esto lo vamos a ignorar”, denunció el profesional.
“En el gran cuadro, los medios tradicionales dada su ideología de propiedad, mantienen una línea de la cual pueden salirse un poco pero no pierden su norte, y ese norte ha estado desalineado con la realidad chilena desde hace muchos años”, cerró.
Anécdotas, curiosidades y pequeños detalles que pudieron cambiar todo
El libro La Revuelta narra diversos episodios que pueden llegar a resultar fantásticos e incluso poéticos para algunas personas, tales como la noche que Carabineros informa que le quedaban sólo 30 minutos de municiones para repeler a los manifestantes que rodeaban La Moneda, o la semana en que Piñera desapareció de las ruedas de prensa por encontrarse medicado por un cuadro ansioso-paranoico en su casa.
Consultado por RESUMEN, Víctor Herrero señaló que si Carabineros hubiese abandonado el edificio de La Moneda esa noche del 24 de octubre, si los manifestantes no se hubiesen dispersado minutos antes de que la policía acabara sus municiones, definitivamente se habrían tomado el palacio presidencial, lo que “como símbolo hubiera sido el acabose”.
“La anécdota de lo cerca que estuvieron Carabineros de no poder defender La Moneda te muestra lo líquido que estuvo el tema esos días y que todo se pudo ir para cualquier lado”, agregó.
También resulta llamativo el espacio que se dedica en el libro a la desaparición de Piñera de La Moneda producto de un cuadro ansioso. Según Herrero, el mandatario sufrió “una crisis nerviosa fuerte en La Moneda misma. Ahí llega Mañalich con su psiquiatra de cabecera, lo sedan y lo mandan para la casa. Esos cinco días que andaba con susto y paranoico, Piñera no estuvo.”
El autor explicó que la lectura que muchas personas hicieron en el momento de la desaparición de Piñera de las ruedas de prensa era que ésta se debía a que cada vez que hablaba, aumentaban las protestas, siendo que la realidad era que “el tipo estaba medicado en la casa, porque estaba reventado”.
Un mensaje para el periodismo chileno del futuro
Herrero hizo un llamado a generaciones contemporáneas y futuras a presionar por una nueva Ley de Prensa. “No puede ser que el avisaje del Estado se vaya todo a El Mercurio o La Tercera o la Biobío”, refiriéndose a que estos recursos serían de mucha utilidad para medios que deben vivir con lo justo y que están realmente al servicio de la ciudadanía, a lo que añadió: “yo no tengo problema en pasar una campaña de vacunación”, como ejemplo.
Asimismo, se refirió a aquellos y aquellas jóvenes que quieren dedicarse al periodismo porque realmente les interesa conocer, señalando que para ellos y ellas “los últimos años han sido muy decepcionantes, porque si quieres ser periodista de verdad tienes que ser hijo de rico o vivir con nada”.
A pesar de ello, el autor sabe que actualmente se está viviendo una transición en el periodismo chileno, proceso que mira abiertamente y con cierta esperanza: “estamos viviendo un periodo de decadencia de los medios tradicionales y de auge de estos los medios alternativos, y vamos a llegar a un equilibrio nuevo con una prensa más pluralista”, finalizó.