El mundo actual aparece y las cosas antiguas se quedan atrás. Eso es lo que ocurrió con las iglesias y templos en los Países Bajos, que las convirtieron en pubs, cafeterías, librerías e incluso lugares para conciertos.
Esta transformación se debe a que las instituciones religiosas no tienen fondos para mantener los edificios, que están cada vez más vacíos por Holanda. Después de todo, la encuesta indica que el 44% de la población son ateos. Mientras que los católicos ocupan el 28%, los protestantes, el 19%; los musulmanes, el 5%, y los fieles de otras religiones, el 4% de la población.
Recuérdese también que los creyentes que siguen siendo la mayoría en el país, por lo general no asisten a iglesias, templos o lugares de culto para practicar sus respectivos cultos, a diferencia de lo que ocurre en otros países como la India, por ejemplo.
Algunos de estos lugares son muy lindos, como la librería Selexyz, que fue construida en la iglesia de Maastricht. Además, una iglesia del siglo XIX en Amsterdam se convirtió en Paradiso, un lugar para el rock, el pop y sonidos internacionales.
“El mundo actual aparece y las cosas antiguas se quedan atrás”, “algunos de estos lugares son muy lindos”, vaya manera de presentar la noticia.
Esto nos muestra el fin de una civilización. Está claro que a Occidente le quedan dos telediarios. La cifra que da de musulmanes se queda muy corta. Cuando estos sean mayoría, a los burguesitos de los holandeses los van a poner finos.
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