Por Robinson Silva, docente Universidad Austral de Chile UACh-Valdivia
Durante la jornada del tercer aniversario del Estallido Social de 2019 se volvieron a encender fuegos que hacen pensar en esos días de asambleas, marchas y lucha popular, sin la misma intensidad, pero con los acentos puestos en las demandas de siempre, en definitiva, un reclamo rabioso contra la inequidad, la injusticia y la discriminación en la que vive la inmensa mayoría de la población chilena.
Sin duda quedan estos resabios de aquellos días, pero ¿Quién dijo que del rescoldo no nace un fuego nuevo? Libres de progresismos, sectores de jóvenes volvieron a poner en la palestra las demandas que han hecho tambalear al modelo político económico y social de las últimas décadas, por que sí, entre triunfos y derrotas, no se debe olvidar que estamos en un cambio de ciclo, en una etapa que tarde o temprano dará con un nuevo orden que sustituya al imperio del mercado omnipotente, tal vez para traer una explotación aun más desatada, o para caminar hacia la libertad y la justicia que augure un nuevo mundo, eso aun no lo sabemos.
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Como sea, este tercer aniversario sacó a muchas y muchos a las calles, reveló el que gobiernos y sus fuerzas represivas son los mismos de siempre y que las salidas políticas son solo retórica discursiva que solamente dilatan los cambios que vendrán. En eso hay que poner una ficha a los medios de comunicación y su denodado esfuerzo por criminalizar la protesta, apuntalar las instituciones políticas y su vulgaridad e intentar recomponer su rol como agentes sociales válidos en el debate social y político nacional.
La protesta de ayer fue significativa, solo por el hecho de acontecer, cuando todos daban por muerto al octubrismo tras el triunfo del Rechazo, es importante porque demuestra la prescindencia de partidos políticos y movimientos sociales, que nada pintaron en las convocatorias y eventos realizados por todo el país y, finalmente es relevante porque configura un espacio heredero de las demandas sociales que carece de organicidad, pero que puede salir transformado en nuevas ideas y recomposiciones del campo popular, quién sabe.
De momento podemos decir que sí hubo protesta este 18 de octubre ¿se esperaban otro estallido? imposible, la historia no es cíclica y nunca se repite, el Estallido ya fue, pero ojo, no todo se acaba con el proceso constituyente, Chile tiene una brecha dispuesta a seguir peleando todavía, lejos de progresismos revenidos y en medio de una radicalidad confusa, en fin, vientos de octubre siguen soplando.
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