Al igual que cientos de familias de personas detenidas, torturadas y desaparecidas durante la dictadura cívico-militar chilena, la vida de Violeta Zúñiga estuvo abocada a reclamar justicia por dichos crímenes de lesa humanidad, formando parte hasta el día de su muerte de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos.
Por Juan Contreras Jara
Este 2 de febrero se cumplen tres años del fallecimiento de Violeta Zúñiga, incansable defensora y luchadora por los derechos humanos en Chile, violados a diestra y siniestra por la dictadura cívico-militar de Augusto Pinochet entre 1973 y 1990.
Violeta Zúñiga luchó hasta el último día de su vida por esclarecer la muerte de su compañero de vida Pedro Silva Bustos, dirigente sindical y del Partido Comunista, detenido y desaparecido por la Dirección de Inteligencia Nacional (Dina) de la dictadura cívico-militar chilena en 1976.
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A través de expresiones artísticas como La Cueca Sola, la luchadora social plasmó los horrores y desesperación de las familias y compañeras de miles de personas desaparecidas y asesinadas durante la dictadura, formando parte del grupo folclórico de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos hasta el día de su muerte, el 2 de febrero de 2019.
https://www.youtube.com/watch?v=xmJZmNI0i_8&t=4s
Violeta Zúñiga falleció a los 86 años de edad y durante ese periodo de tiempo nunca supo donde había ido a parar el cuerpo de su compañero, lo que grafica toda una vida de lucha buscando un ápice de justicia.
Desde 1978 que bailó la Cueca Sola en conjunto a otras mujeres, familiares de detenidos desaparecidos, participando de dicha expresión artística en más de cien ocasiones, utilizando así una manifestación popular chilena, como lo es la cueca, para denunciar los horrores de la dictadura y la constante búsqueda de sus seres queridos.
https://www.youtube.com/watch?v=X__1wDLicCw