Luego de la migración masiva a Telegram provocada por el anuncio de WhatsApp de cambiar sus términos y condiciones, la plataforma de mensajería dio marcha atrás en su decisión y pospuso el cambio de política.
Por Cristian Márquez
El 13 de enero WhatsApp anunció a sus usuarios la modificación de los términos y condiciones del servicio, los que entrarían en vigencia el 8 de febrero de 2021. Sin embargo, luego de las quejas de sus usuarios y la migración masiva hacia otras plataformas como Telegram o Signal, la aplicación de mensajería instantánea anunció que esta actualización en su Política de Privacidad sería postergada hasta el 15 mayo de 2021, para así aclarar los cambios y evitar la pérdida de más usuarios.
Entre las modificaciones más significativas que contenía la nueva política de términos y condiciones, se encontraban las relacionadas con las funciones opcionales para WhatsApp empresas. Según explican, “se simplificará la forma en la que los usuarios pueden realizar el contacto con las empresas”.
Consultada por RESUMEN, la Directora y Fundadora de la Fundación Datos Protegidos, Jessica Matus, corroboró lo comunicado por la aplicación de mensajería, en el sentido que los mayores cambios están contemplados para WhatsApp empresas: “Tendrían disponible la opción para que las empresas utilicen los servidores de Facebook como proveedor de hosting (almacenamiento de los datos), lo que sería informado en el chat al momento de iniciar el diálogo con un servicio. Esto implica el intercambio de información y además realizar análisis de datos con fines de publicidad: personalizar los anuncios que ven los usuarios en las distintas plataformas conforme a su comportamiento”.
Entonces ¿Por qué causó tanto revuelo el anuncio? Para Michelle Bordachar, analista de políticas públicas de Derechos Digitales, el modo de presentar el cambio fue lo que detonó la preocupación de los usuarios: “Fue muy violenta la forma en cómo lo pusieron sobre la mesa, era como ‘o tú aceptas todo el tratamiento de la información y datos que yo quiero hacer o te quedas sin servicio’. La vez anterior que cambiaron su política de privacidad, que fue cuando Facebook compró a WhatsApp, no te daban la opción de no tratar tus datos, pero sí te dejaban la opción de no compartirlos con Facebook, en cambio en esta ocasión los términos y condiciones eran distintos”.
“Entonces a las personas al principio les mostraban un resumen de las cosas que iban a cambiar, no era solamente leer todos los términos y condiciones que uno suele ver, sino que había un resumen y al verlo, las personas observaron el tipo tratamiento de la información que WhatsApp hace, que en realidad lo hace desde hace muchos años, pero esta vez la forma de plantearlo era más evidente y con eso se levantó la alerta sobre el tratamiento de datos que hace WhatsApp y con ello las personas tomaron conciencia. Pero en realidad este tratamiento de datos venía desde hace tiempo”, señaló Bordachar a RESUMEN.
En ese sentido, la forma en que WhatsApp aborda los datos de sus usuarios ha sido criticada desde hace ya varios años, tal como lo menciona la analista de políticas públicas de Derechos Digitales: “El tratamiento de datos consiste básicamente en que WhatsApp tiene acceso a un montón de información de las personas que usan sus servicios: la localización en que uno se encuentra, los contactos, las identificaciones de la información de pago, etc. Cuando uno quiere subir su foto de perfil a WhatsApp, te pregunta si es que le das acceso a tus imágenes, WhatsApp no solamente tiene acceso a una imagen, sino que a toda tu carpeta completa de imágenes. De hecho, por eso ahora Apple, en sus actualizaciones más recientes, te da la posibilidad de elegir entre compartir solo una imagen con las aplicaciones o compartir toda tu carpeta completa de imágenes, justamente porque las aplicaciones que te piden acceso a la carpeta de imágenes”, puntualizó.
Por su parte, Jessica Matus, Directora de la Fundación Datos Protegidos comentó que si bien “resulta evidente el poder de Facebook para acceder de manera masiva a datos sobre nuestros dispositivos que recopila la plataforma, unido al intercambio y/o recolección de datos entre plataformas, según las declaraciones de WhatsApp, nuestros mensajes no se verían involucrados ni estarían más expuestos, ya que se mantendría el servicio de cifrado de extremo a extremo dentro de la App, lo que quiere decir que sólo las personas que intercambian los mensajes tienen acceso a ellos”.
Migración masiva de usuarios de WhatsApp a otras plataformas
Luego del anuncio de WhatsApp, otras plataformas de mensajería como Signal o Telegram experimentaron alzas en el número de usuarios, especialmente Telegram, que en los últimos días superó los 500 millones de usuarios.
Para Bordachar, este fenómeno tiene que ver también con lo que ocurrió en todo el mundo producto de la pandemia y el uso de los datos personales: “Yo creo que se explica más por una cuestión de contexto. Este año hemos escuchado hablar mucho de la protección de los datos personales en todo el mundo, porque la pandemia ha hecho que estemos todos trabajando más en línea y lo que hay en línea es nuestra información. Además, los países han querido tener más acceso a los datos personales de la gente, pues muchos han enfrentado la pandemia mediante el uso de los datos personales, como pasó también en Chile con el tema del Ministro Briones y el 10%, como es el caso de China, que en el fondo accedieron a todos los datos de la persona: saber con quienes hablan, cómo se mueven, para controlar la pandemia. Entonces las personas son más conscientes de toda la información que un aparato móvil puede tener de ellas. En ese sentido, sí creo que esta es una nueva oportunidad para advertir a las personas sobre el tratamiento de datos personales”, dijo la analista de políticas públicas de Derechos Digitales.
En tanto, para la Fundación Datos Protegidos, esta migración masiva es una especie de advertencia a las mismas plataformas para que incluyan a los usuarios y usuarias en las tomas de decisiones sobre algo tan importante como lo es el tratamiento de los datos personales: “Creo que puede entenderse también como un cambio en la percepción de la privacidad y la protección de la información y los riesgos que supone el uso poco transparente de los datos, especialmente en las comunicaciones electrónicas. También es una oportunidad para diversificar las plataformas de interacción que representen de mejor manera lo que esperamos de aquellas: que sean diseñadas bajo estándares de privacidad, es decir, que se sitúen en el centro de sus productos, servicios y aplicaciones a la privacidad del usuario. No podemos seguir siendo un usuario promedio, hay que exigir más”, expresó la fundadora de la organización, Jessica Matus.
El panorama de los derechos digitales y la privacidad en Chile
Actualmente la ley que existe en nuestro país con respecto a los datos personales -que está dedicada al tema digital propiamente tal- es de 1991. Han habido varios intentos que han buscado modificarla pero ninguno ha prosperado. El proyecto de ley que más lejos ha llegado, se encuentra en trámite en la Comisión de Hacienda del Senado desde marzo de 2020, por lo que para Bordachar es necesaria una nueva normativa acorde a los tiempos que corren: “Necesitamos urgente una nueva ley y sobre todo una autoridad de protección de datos que fiscalice a las empresas. Estamos 30 años atrasados en esta materia. Si las cosas salen bien y el Congreso se pone las pilas deberíamos tener una nueva ley antes de fin de año, pero la ley que tenemos ahora no nos protege para nada y también ha sido objeto de mucho lobby por parte de las empresas privadas que no quieren dejar de tratar nuestros datos”.
Así también concuerda Matus, quien hace hincapié en la falta de un claro marco regulatorio en nuestro país: “Existen normas poco respetuosas con la privacidad de las personas como aquellas que permiten la publicación de datos personales como nombre y RUT y que facilitan la creación de bases de datos sin la autorización de los titulares de esos datos, poca transparencia en el uso de los datos por parte del Estado y las empresas privadas, el avance vertiginoso en la implementación de nuevas tecnologías con propósitos de vigilancia sin marcos regulatorios claros, la falta de conocimiento sobre el impacto de esas mismas tecnologías por parte de la sociedad. Tiempos difíciles para este país en torno a un derecho fundamental como la privacidad, piedra angular de la era digital”, concluyó