Chile: El país donde nos cagan, hasta con el Fútbol
Gol en el campo, paz en la tierra, tras la pelota hay mucha mierda... Dicho y hecho, la banda de rock, la Polla Records tiene razón. Las elecciones de la Asociación Nacional de Futbol Profesional ANFP han puesto al descubierto lo que, en otras áreas, sufrimos día a día; la falsa democracia y el dominio del poder económico.
No es que Mayne-Nicholls sea un reformador social, lo único que hizo fue lo que alguien con un poco de dignidad haría. Criticar a Piñera y al subsecretario de Chiledeportes, Gabriel Ruiz-Tagle por mantener en su propiedad a Colo Colo. Querer repartir las ganancias del Canal del Fútbol entre los equipos asociados a la ANFP y que no se concentrara en los 3 equipos más grandes. Que Jorge Claro, devolviera a la ANFP el 20% del CDF, que tiene bajo su control. Cosas como estas son una afrenta para quienes están acostumbrados a vivir tras una barrera de inmunidad (o de impunidad).
Las palabras de Bielsa fueron claras “el fútbol es la gente. Segovia dice que la gente no vota, entonces mi pregunta es: ¿cómo, los destinatarios finales de todas las decisiones que toman quienes administran los clubes, no votan?... ¿eso es democrático? Qué lástima que los destinatarios estén en un sistema donde no tienen ninguna posibilidad de expresarse”
En la Región de Concepción: Naval, Huachipato, Universidad de Concepción y Lota Schwager en forma mayoritaria se mantuvieron ajenos a la maquinación, orquestada desde los círculos de poder economico y político. Con la bochornosa excepción de Deportes Concepción, que se sumó a la confabulación de los clubes capitalinos, apoyando al cuestionado empresario español: Segovia
Pero, aunque votamos en otros aspectos de nuestra vida social, pareciera que diera lo mismo. Porque continúa una legalidad que ampara el abuso empresarial, porque se implementa una "recostrucción" ineficiente y a espaldas de la comunidad, porque nuestras ciudades se modifican y se deterioran en función de intereses empresariales.
Llama la atención que, sólo en este episodio, tengamos a apellidos ilustres de nuestra historia reciente; Claro y Ruiz-Tagle. Quizás por eso es que aunque votemos, siempre nos caguen y sin partido de vuelta.
Editorial